Que los aviones son rápidos, que los barcos son grandes, que los trenes son verdes o que los camiones son flexibles; en fin, suma y sigue, justificaciones para utilizar un modo de transporte por sobre otro hay miles, el problema es que en la mayoría de los casos es uno por sobre otro y no con el otro, como debiese ser. Lo anterior hace que los distintos modos que se quedan en peleas chicas que, en vez de agregar valor, restan a la cadena completa. Espacio en la cadena logística hay para todos los modos, lo importante es saber en qué etapa entran, como se complementan con otros y sobre todo como hacen para que se pueda cumplir la tan ansiada Promesa al Cliente.
Hagamos un ejercicio simple: si ingresamos a uno de los grandes portales de e-commerce y compramos un producto que nos encanta, ¿cuáles creen que son las dos principales preguntas que nos hacemos? Adivinemos, quizás sin duda será primero ¿cuánto cuesta? y la segunda ¿cuándo llega a mi casa? Preguntas obvias, pero como hemos dicho muchas veces no tan obvias, ya que si lo vemos bien las dos preguntas están relacionadas o correlacionadas entre sí, el nivel de importancia o de servicio asociado deseado lo dará el cliente y no el modo que transporta el producto, ya que al cliente solo le interesa que llegue cuando le dijeron.
Aquí es donde podemos hacer nuestra primera conclusión: al cliente no le interesa el modo en que vas a dejar el producto a su casa, lo que importa es que el producto llegue y cumpla la oferta (en calidad, cantidad y oportunidad) por internet ¿Básico? Sí, hasta podríamos decir higiénico, pero ¿es fácil de hacer? Claramente No y es aquí donde se debe alinear a la cadena logística.
Entonces qué dice el público; ¿hay un modo de transporte mejor que otro? Sí, pero para la etapa de la cadena donde ese modo sea más eficiente y no donde ese modo sea más “barato” (mi abuelita decía que lo barato cuesta caro), en transporte o logística en general lo barato no es lo más eficiente y por lo general está lejos de los niveles de servicios deseados. Entonces lo importante para determinar qué tipo de transporte usar y cuándo, debemos analizar cada requerimiento.
Dado lo anterior, para elegir qué modo de transporte utilizar en la cadena, debemos saber algunos aspectos claves, tales como; nivel de servicio comprometido, origen-destino, tipo de producto y volumen entre otros; con esos datos básicos sabremos si podemos despachar al cliente en barco o avión, o en su defecto en tren o camión; todo dependerá de cual es lo comprometido al cliente en cantidad, calidad y oportunidad, ahí recién sabremos que transporte o complemento debemos usar.
Por qué el costo está relacionado con la promesa al cliente, es simple, ya que sin duda en la entrega los costos variables de transporte por lo general son el 50% o más de los costos logísticos totales, por lo que cualquier variación es muy significativa, de esta forma pelear entre modos resulta poco atractivo sobre todo cuando uno tiene ventaja sobre otro, lo importante es determinar qué modo y para que cadena uno es mejor sobre otro y utilizarlo, ya que así al cliente le llegara un producto en costo y sobre todo en oportunidad.
Es tan relativo el modo de transporte a usar que para un mismo producto o un mismo volumen, podríamos llegar a utilizar dos opciones de tipo de transporte, dependiente del nivel de servicio comprometido, inclusive hasta dentro de un mismo país, despachos de 500 km podrían hacerse en camión, tren o avión y cumplir con la promesa al cliente, el input lo pondrá claramente el cliente ya que para él no importa si va en tren o en avión (como la canción del músico argentino Charly García), lo que le importa es que la empresa cumpla con lo que el cliente pidió.
Rodrigo Rojas para www.deLogística.com
PD: A veces en Tokio le gustan los salmones chilenos frescos en 48 horas de ser cosechados, que buen gusto tienen los japoneses.
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