¿Qué fue primero, el huevo o la gallina?
Sin ninguna duda el control de las existencias o inventarios en las distintas empresas se ha transformado en un gran tema, no solo porque hay que llevar el lógico con el físico en paralelo (como lo hemos definido a través de la Carta de Navegación Logística), sino porque cualquier aumento sin considerar la calidad del inventario (es decir, rotación) influye directamente en el incremento del capital de trabajo y por ende perjudica los resultados de las empresas, sobre todo en tiempos de crisis.
Es por lo anterior que surge la primera pregunta, ¿la trazabilidad de los inventarios nos sirve para tenerlos controlados? Definitivamente es un gran apoyo, sin embargo, se requiere de un prerrequisito: preguntarse en tiempo real ¿cuánto stock tenemos y dónde? Cuestión obvia, de base, que sin duda al momento de contestarla no resulta tan obvia.
Hagamos un ejercicio, en este preciso momento preguntémonos en cada una de nuestras empresas ¿cuánto es el stock que tenemos? Y lo más probable es que nos llevemos más de una sorpresa; por esa razón, antes de pensar en sistemas que nos otorguen la tan ansiada trazabilidad primero debemos estar convencidos que tenemos una visibilidad de los inventarios en tiempo real, estén donde estén, una vez que estemos seguros de lo que tenemos podemos empezar a pensar en sistemas que generen trazabilidad con fechas, horas, lugares o sectores; primero lo global y después lo particular.
Aquí es donde los sistemas juegan un rol preponderante, pero no necesariamente por tener un súper sistema tendremos la visibilidad, para esto debemos parametrizar y modelar muy bien estos sean cual sean, siempre teniendo en mente que deben ser (en lo posible) una “copia feliz del Edén” de las operaciones logísticas asociadas a movimientos de inventarios. Fijar los puntos de control sistémico en Recepción, Almacenamiento y Despacho, son la columna vertebral para empezar a hacer visibles nuestros niveles de inventarios.
Junto con lo anterior, sumamos los flujos documentales y los conteos físicos en cada punto, en donde deben existir controles cruzados para asegurar que lo ingresado al sistema sea el fiel reflejo de lo que pasa en terreno; además de sumar la variable de Logística Inversa, que muchas veces por realizarse a destiempo nos genera diferencias de inventarios que no nos permiten ver lo que realmente pasa en Bodegas y Centros de Distribución.
Cada vez que le preguntamos a una empresa ¿me puede decir cuánto inventario tiene en este preciso momento? Surgen respuestas como “lo revisaremos”, “cuadramos y tenemos la información” o simplemente “tenemos que salir a contar”. Esto nos da cuenta que si bien pueden tener los mejores códigos de barra o RFID para trazar los productos, simplemente no tienen la visibilidad que se necesita en tiempo real, sobre todo cuando debemos dar respuestas consistentes a nuestros clientes y comprometernos con la Promesa, es muy difícil saber qué tenemos si no lo estamos viendo (sistémicamente), he aquí el problema.
Si bien la Visibilidad y Trazabilidad son factores importantes en el control de inventarios, el orden de estos factores sí alterara el producto, primero debemos tener la visibilidad y después la trazabilidad, y no viceversa, aquí está el desafío, depende de nosotros y como estamos mirando los flujos dentro de la cadena.
Rodrigo Rojas Toledo para www.deLogistica.com
PD: Preguntémonos qué pensarían los dueños de la empresa si no tenemos certeza de qué inventario tenemos.
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