No es fácil ser un verdadero líder

Quizás pueda sonar cliché, o como alguna frase para el bronce, pero de verdad no es fácil ser un verdadero líder. Razones sobran y quizás la principal es que los líderes de corazón nos hacemos cargo de lo que nadie se quiere responsabilizar: problemas, vacas flacas, cosas turbias, etc., cualquier cosa que se parezca a la “lepra”, sin embargo, es mucho más profundo el análisis que esto.

Para empezar los verdaderos líderes no están a la venta, desde esta frase ya quedan descalificados muchos, aunque puede ser que tengan las excusas perfectas; sin embargo, la disculpa adecuada para hacer lo contrario de repente está en las mismas casas, en sus mismas familias, en la misma mesa en la que se sienten a comer, es decir, sus propios hijos, ellos sin duda son la fuente de inspiración (ya que uno como papá quiere lo mejor para sus hijos) para decir que “el papá no está a la venta”; esta decisión es el camino largo, sin embargo, a futuro será el más corto y el más sustentable.

Una vez que nos hacemos cargo de las cosas que nadie quiere, viene la consecuencia, esa que nos habla que lo que dijimos con palabras ahora debe demostrarse, pero no una o dos semanas, sino que para siempre, porque amigos, a los líderes de verdad siempre los están mirando tanto las personas que los admiran como aquellas que no los quieren y de hecho los envidian, por lo que están esperando la primera caída para sacar adelante su mediocridad y decir cosas como “yo lo sabía, esa persona no era líder”; típico de gente resentida por no lograr lo que querían, que es parte del  paisaje en estos tiempos…

Una vez que somos consecuentes, se viene otra parte de la ecuación de ser un verdadero líder, que es la humana, eso que nos habla de que nuestros equipos o familias para mantenerse vigentes en los equipos deben estar tranquilos, felices y respetados. Aquí es donde nosotros, como líderes, debemos ser Humanos, sin embargo, esto no se compra en el quiosco de la esquina de tu casa, esto simplemente viene de cuna, es decir, por la familia que nos tocó a cada uno, y esta parte es compleja, porque inclusive hay personas buenas, buenos profesionales, buenas intenciones pero simplemente no son líderes, no les nace ser empáticos o simplemente no tienen las herramientas, aquí es donde la honestidad los puede salvar; sin embargo, por sus inseguridades, terminan haciendo lo contrario o transformándose en lo contrario, y para eso ni las empresas ni los equipos tienen paciencia, ya que todos ven sus propios intereses.

Algo básico para saber si estamos bien o mal, es observar algo super elemental, como observar si ese “Líder” une a los equipos o los separa, eso es vital, ya que algunos “líderes” por su inseguridad prefieren dividir. ¿Por qué? Porque así no tienen el riesgo de que vengan más de dos personas a cuestionarle su actuar, en cambio un líder seguro, aunque no tenga muchas herramientas o doctorados en física nuclear around the world, al estar convencido de lo que es bueno para sus equipos, prevalecerá por su seguridad, el resto pasará al libro de los recuerdos, y lo que es peor, sin pena ni gloria.

Amigos, todos somos buenos en alguna materia o área, solo hay que descubrirla, el ser líder requiere ganas, fortaleza, seguridad, confianza, ética entre otras aptitudes, pero la más importante es ser un Ser Humano estar con los equipos, escucharlos, pero no con la superioridad de los cargos sino como de humano a humano, ese sin duda será un buen punto de partida.

Un abrazo y suerte amigos en el rol que elijan.

Rodrigo Rojas Toledo para www.deLogistica.com

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