Entrevista Mayte García Miravete

NombreMayte Garcia Miravete
ProfesiónAbogada
CargoCEO Grupo Voz Esmeralda CCC
Empresa y PaísMéxico
  • ¿Cuál fue su primera experiencia laboral en empresas?

Mi primera experiencia laboral se dio mientras era estudiante de la Carrera de Derecho, comencé a dar clases de inglés en una escuela cercana a donde vivía en aquel entonces. La docencia ha sido una de mis grandes pasiones y dar clases para mí siempre ha sido una forma de contribuir con mi comunidad.

Después de ese primer empleo formal formé parte como Jefa de Acuerdos Presidenciales en la que en aquel entonces se llamaba Secretaría de la Reforma Agraria, era muy joven y la experiencia fue muy demandante, llena de retos y aprendizajes.

Posterior a ello retome la docencia en el Tecnológico de Monterrey, así como la consultoría en comunicación y la capacitación.  Estos dos últimos ya como empresaria independiente.

  • ¿Cómo fue su camino para llegar a dirigir VOZ Esmeralda?

El periódico fue creado por mis papás, particularmente mi mamá en 1996, este año cumplimos 25 años.  En aquel entonces yo solo tenía pequeñas participaciones con algún artículo o reportaje, realmente quienes llevaban el periódico eran mis papás y siempre con el objetivo de ser La Voz de la comunidad, lo cual cumplieron puntualmente.  En el 2001 mi mamá fallece y por algún tiempo mi padre aun lo trabajó, pero llegó el momento en el que él ya no tenía ánimos para hacerlo.  Le solicité me diera toda la información (permisos, certificados, etc.), para continuar con el periódico, pero no lo hizo.  Un buen día decidí que bueno mi mejor permiso es que siendo su hija el editarlo, imprimirlo y distribuirlo quedaba más que autorizado. Así fue que lo retomé unos años después.  La primera edición en esta segunda etapa fue muy distinta a lo que mis padres hacían y es muy distinta a lo que es hoy el periódico.

Apenas hace un par de años decidí concentrar en una sola razón social las tres actividades que he realizado durante años:  Consultoría, capacitación y formación, así como el periódico, formando Grupo Voz Esmeralda CCC.  Las tres C´s significan: Corazón, Cabeza y Coraje, pues considero que así deben ser los negocios.  Deben tener un corazón que nos motive; cabeza para planear, dar seguimiento a dichos planes, evaluar, etc., y por último coraje, pues los negocios son complicados, y hay que tener siempre el “coraje” suficiente para a pesar de lo que se presente continuar.

  • ¿Cuál es el proyecto del cual se siente más orgullosa?

Del periódico. 

Recuerdo cuando mi padre vio la primera edición que llevé a cabo después de que el ya no quisiera continuar con el periódico, estaba muy emocionado, por que decidí continuar con el sueño de mis padres, particularmente el de mi mamá.

Emocionado, pues el comentó que lo había mejorado y por mucho.

El periódico ha sido desde sus inicios una empresa familiar, y hoy al cabo de los años, mi hija también forma parte del periódico y por supuesto de Grupo Voz Esmeralda. Ella es una parte central e importantísima del mismo.

Después de tantos años me siento orgullosa de la reputación con la que cuenta el periódico, del reconocimiento que hemos ganado en base al trabajo duro, honesto.  A los principios que nos guían que son: la veracidad, objetividad, claridad y ser la voz de la comunidad.

Pero también el periódico ha sido el esfuerzo de conjuntar grandes talentos, columnistas, periodistas, colaboraciones de hombres y mujeres representativos de su sector.  A ellos mi personal agradecimiento siempre por su invaluable aportación y compromiso, ellos son parte de esta maravillosa familia que el periódico ha ido generando.

  • ¿Qué importancia tienen para usted las personas en los equipos?

Como lo comentaba, Voz Esmeralda (periódico, consultoría y capacitación) han llegado a donde están gracias a las personas. A cada una de quienes han aportado su trabajo, conocimiento y experiencia.

Yo creo firmemente en el trabajo en equipo, considero que cada persona poseemos talentos personalísimos y que esos talentos o competencias cuando son tomados en cuenta, estimulados y aprovechados harán grandes aportaciones a las empresas, comunidades, familias y países.  Una persona sola puede tener muchos recursos, pero jamás se equipararán a lo que puede lograr si trabaja unida a otros, a otras.  Las ideas se enriquecen, la visión se amplia, es decir siempre el resultado de un trabajo en grupo será mucho más enriquecedor en todos los aspectos. 

  • Desde su perspectiva, ¿Qué falta para que más mujeres asuman cargos de liderazgo y responsabilidad como el suyo?

Podríamos empezar hablando de los techos de cemento, esos que nos autoimponemos alimentando las creencias (falsas o verdaderas) respecto a lo complicado que es para la mujer acceder.   El primer trabajo que tenemos que realizar es con nosotras mismas. Donde estemos es posible hacerlo.  Preguntarnos que amamos hacer, que atributos o cualidades poseo, preguntarnos qué camino debo seguir para superarme y cuánto estoy dispuesta a entregar por conseguir mi meta.  Cuando una mujer responde con honestidad a estas preguntas no importa su condición social o económica, pues las preguntas poderosas abren caminos poderosos. Obviamente romper estos techos de cemento es todo un proceso, que aquí sería imposible desarrollar. Lo que si les puedo comentar es que es posible, que lo podemos lograr y que romper los techos de cemento tiene que ver más con una decisión personal.

De ahí vendrían los conocidos techos de cristal, esos no dependen de nosotras.  Existen, son reales y son todas aquellas condiciones de inequidad y desigualdad en la que las mujeres nos desenvolvemos en pleno SXXI.  Increíble, si… pero desgraciadamente cierto.   Los techos de cristal no solo son impuestos por los hombres, también existen casos (terribles y poco entendibles) de mujeres que también mantienen a las mujeres al margen, que no les permiten desarrollarse, crecer y llegar a más altos niveles de desarrollo profesional.   En este sentido, los esfuerzos de ONU o de cualquier organización que promueva la equidad, la igualdad, la no violencia (en todos sus tipos), que capacite a las mujeres y les de herramientas para luchar contra estas situaciones que la mantienen fuera de ganar mejores sueldos, de tener buenas prestaciones, de acceder a puestos de alta dirección, etc., debe ser fortalecido por cada mujer y cada hombre que consideren que el mundo no puede continuar con estas marcadas diferencias que lastiman a la sociedad, que nos ofenden y que generan tanta violencia.  Ningún ser humano, ninguna persona debería jamás sufrir de desigualdad, violencia, etc.  Debemos apoyar a estas organizaciones.

Por otro lado, quienes hemos accedido a posiciones de toma de decisiones, en las que tenemos la oportunidad de contribuir con el pleno desarrollo de otras mujeres, debemos asumir esta responsabilidad.  Tristemente encontramos mujeres que aun sienten que otra mujer al competir con ella puede “desbancarte”, yo creo que cuando ves a una mujer preparada más que tú, con más competencias que tú, es momento de prepararte, aprender, crecer y desarrollar otras competencias que a lo mejor no sabías que tenías. 

Esa competencia debe ser una forma sana de ponernos a ser mejores, de retarnos.  Considero que, si lográramos entender esto, entonces más mujeres darían la mano a otras mujeres y ante ello los hombres comprenderían la necesidad de sumar también.

Es decir, necesitamos aprender a respetar y a valorar a cada persona, necesitamos defender a las mujeres que viven en desigualdad y violentadas, necesitamos construir una sociedad mucho más justa y para ello considero tenemos que trabajar aún mucho.

  • ¿Cuáles son sus próximos desafíos en lo profesional para este año 2021?

Hay muchos desafíos en lo profesional, consolidar la consultoría en comunicación; lograr el crecimiento del periódico Voz Esmeralda y su fortalecimiento.  Poder generar empleos para más personas y de esa manera contribuir a mi entorno y en mi comunidad. 

Seguir aprendiendo de las mujeres maravillosas con las que este año me he relacionado y con quienes he llevado a cabo proyectos que me emocionan y me mueven profundamente.  Entre ellos se encuentra La Red de la Movida Latinoamericana de Mujeres políticas con mis queridas amigas y colegas Marilú Brajer, Daniela Calderón, Maria Alatriste y Astrid Hummel, donde hemos abordado el tema de la equidad y la no violencia política en función de género temas en los que hay mucho que hacer aun y que acompañada de mis queridas amigas se ha vuelto un reto sororo y lleno de cariño.  

También está Solidaridad=Sororidad, proyecto que inicie el año pasado en plena pandemia con mi querida Maria Alatriste, un proyecto profundamente inclusivo y humano en el que hemos trabajado con personas de todo el mundo y con distintos temas: discapacidad intelectual, liderazgo femenino, salud mental, entre otros.

Y por último mi asociación civil Familias Unidas Pensando por la Vida, la cual cumple 12 años, permitiéndome trabajar con jóvenes en temas de sustentabilidad y seguridad vial. 

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