Según un estudio presentado por la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España (Fenadismer), a un transportista se le paga -en promedio- 81 días después de finalizado su trabajo, incumpliendo la legislación vigente en dicho país.
La Ley de Morosidad española establece que el plazo máximo de pago será de 30 días desde la fecha de prestación del servicio, ampliable a un máximo de 60 días si así lo establecen ambas partes. Sin embargo, en el sector del transporte el 64% las empresas no reciben sus pagos a tiempo.
En cuanto a los métodos de pago, el primer lugar lo ocupa el confirming (48%), seguido de la transferencia electrónica (42%), el pagaré (10%) y el cheque (0,25%).
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