Nace una nueva área de estudios, cuyo objetivo es hacer más amigables las ciudades en Chile, es hora de generar una nueva conciencia, la conciencia logística, creación exclusiva del Centro de Transportes y Logística de la UNAB.
Durante los últimos 20 años se ha evidenciado una transformación radical de las ciudades. De hecho, hoy en día, más de la mitad de la población mundial vive en áreas urbanas, y se espera que este número aumente al 80% en Latinoamérica para el año 2050. Esta urbanización significa una fuerza transformadora que puede ser aprovechada para un desarrollo sostenible.
Las ciudades se han transformado en plataformas donde enfocar el crecimiento económico, el desarrollo, la prosperidad y el impulso de la innovación y la inversión, tanto en los países desarrollados, como en los países en desarrollo, ayudado a millones a escapar de la pobreza mediante mayores niveles de productividad, oportunidades de empleo y mejoramiento de la calidad de vida. Pero ¿están las ciudades preparadas para integrar y absorber un flujo creciente de bienes y servicios que acompañan al crecimiento económico y al fenómeno de la urbanización?
La entrega de los bienes y servicios necesarios para sostener las grandes poblaciones es un reto, principalmente para las grandes capitales en mercados emergentes. Aquí, las operaciones logísticas necesitan hacer frente a problemas como la extrema densidad urbana, congestión, crecimiento poblacional, exclusión social, seguridad, déficit de infraestructura, canales minoristas altamente fragmentados, innovaciones disruptivas en las entregas de última milla y generalmente, con regulaciones locales ajenas e ignorantes de toda esta dinámica.
A su vez, hemos obviado el hecho que quienes habitan y producen en las ciudades deben abastecerse, que consumen todo tipo de productos y bienes, con patrones cambiantes y con crecientes exigencias en los niveles de servicio en dichos abastecimientos. Más aún, damos por sentado que ello sucede de forma eficiente, sin mayores desafíos de planificación y sin impactos relevantes sobre la calidad de vida y los objetivos sociales.
Basta leer las principales iniciativas que piensan las ciudades y sus transportes, no sólo en Chile, para evidenciar que adolecen de lo aquí planteado, una pobre incorporación -o derechamente una ausencia- de un diagnóstico que incorpore e integre los desafíos y complejidades que la logística urbana; como respuesta a tendencias estructurales de consumo y estilos de vida, supone para las ciudades en su conjunto. Desconocemos las características básicas del fenómeno y a partir de ello ignoramos su dinámica.
Queda entonces planteado el primer desafío para avanzar hacia una real conciencia logística en los ecosistemas urbanos: comprender de forma integral la dinámica del sistema de transporte y distribución de carga en la ciudad, tanto en su capacidad de responder a las necesidades de consumo a través de servicios logísticos que viabilizan la respuesta a dichas necesidades, así como comprender la dinámica y tendencia de sus impactos sociales y ambientales.
La conciencia sobre el sistema de distribución urbana de mercancías se complejiza mucho más al incorporar, a esta aparente indiferencia, los diversos intereses de quienes participan directamente en dicho sistema, todos legítimos, aunque todos muy particulares.
El camino que se propone ante este escenario es el de la integración, que creemos se debe abordar en dos dimensiones como un primer paso hacia la conciencia logística. La primera es la integración del sistema de transporte urbano de carga a la mirada de ciudad que tenemos y queremos. Comprender que, por muy compleja que sea la dinámica del movimiento de carga en territorios particulares, no podremos dar respuesta a los desafíos económicos, sociales y ambientales de vivir en ciudades sin su incorporación.
La segunda dimensión viene de la mano de la transformación digital. Esto consiste en la captura de forma masiva de datos presentes en gran cantidad de sensores que acompañan el desarrollo de los procesos de transporte y distribución de carga en entornos urbanos, su integración y transformación en información, permitiendo un mayor conocimiento de su trayectoria y tendencias para la toma de decisiones tanto pública como privada.
Para quienes ejecutan las operaciones de distribución urbana, vemos que, la incorporación de TIC’s y modelos de análisis de información que apunten a una gestión dinámica de flotas, sean el camino diferenciador y quizás, la principal vía de construcción de un servicio sustentable.
La integración, como primer paso para luego comprender la dimensión logística que suponen las ciudades y así llegar a decir que existe una conciencia logística en ecosistemas urbanos, supone una mirada que va más allá de la logística en sí, porque ésta es más parte de nuestras vidas de lo que normalmente pensamos.
Centro de Transporte y Logística, CTL, de la UNAB.