En logística, pocas cosas son estáticas: la operación cambia minuto a minuto, los flujos se aceleran sin previo aviso y los equipos trabajan bajo una presión constante que exige precisión, criterio y coordinación. En ese escenario, María Enmar Soto, ingeniera comercial con Magíster en Dirección de Operaciones y Logística, y jefa de Logística y Economía Circular en Laboratorios Saval, ha construido un estilo de liderazgo centrado en la colaboración, la escucha activa y la seguridad de sus equipos.
Con más de una década de trayectoria en operaciones, María ha sido testigo del cambio cultural que atraviesa el rubro logístico, donde cada vez se valora más el liderazgo empático, la innovación y la capacidad de sostener equipos que funcionan como verdaderas unidades estratégicas. Su sello está en impulsar procesos eficientes sin perder de vista lo humano. Estas son parte de sus reflexiones.
Cuando piensas en los equipos que has liderado, ¿qué prácticas crees que más han marcado una diferencia en la motivación y la cohesión del equipo?
En mis años liderando equipos, he visto que lo más efectivo es construir un ambiente inclusivo donde cada voz cuente. Facilito espacios de brainstorming abiertos, promuevo la innovación y reconozco los logros individuales y grupales. También impulso actividades que fortalecen la confianza y las relaciones interpersonales, algo clave para mantener la motivación y la cohesión.
¿Cómo trabajas el equilibrio entre la exigencia operativa —propia de la logística— y la creación de entornos de trabajo seguros y humanos? ¿Cómo logras mantener a los equipos alineados cuando las presiones operativas están al máximo?
El equilibrio entre presión operativa y un entorno humano es esencial. Para sostenerlo, establezco expectativas claras desde el inicio y mantengo una comunicación constante. En momentos de alta demanda privilegio la transparencia, para que el equipo pueda expresar inquietudes y ajustar estrategias. Refuerzo el trabajo colaborativo, recordando que los resultados son colectivos, no de una sola área o persona. También genero espacios de reflexión, incluidas reuniones 1:1 con los líderes operativos, para alinear expectativas. Y hablo mucho del salario emocional, porque el bienestar no depende solo de lo monetario. Esta combinación me ha permitido mantener motivación y alineación incluso en los periodos más exigentes.
La logística históricamente ha sido un sector masculinizado. ¿Qué desafíos encontraste como mujer en tus primeros años y cuáles persisten hoy?
Al comenzar, enfrenté subestimación y barreras para acceder a roles de liderazgo. Validar mi posición en un entorno mayoritariamente masculino fue un desafío constante. Con el tiempo he visto avances y mi voz ha ganado espacio, pero aún persisten estereotipos que dificultan el ascenso de mujeres a cargos clave. Sigo trabajando para impulsar un entorno más equitativo, donde todas podamos crecer en igualdad de condiciones.
¿Qué cambios observas en la participación femenina en logística y qué cambios crees que todavía son urgentes?
Ha aumentado la presencia de mujeres en roles operativos y de liderazgo, pero todavía en cifras bajas comparadas con la representación masculina. Persisten barreras que limitan el acceso a oportunidades equitativas. Es urgente fortalecer políticas de diversidad, promover programas de mentoría y capacitación enfocados en mujeres, y consolidar una cultura que reconozca el aporte de todas las personas sin sesgos de género.
¿Qué consejo le darías a una mujer que quiere desarrollarse en áreas operativas, liderar equipos grandes o entrar al mundo del supply chain?
Le diría que no se detenga: que busque aprendizaje constante y se atreva a asumir desafíos. Que construya una red de apoyo con mujeres y colegas que inspiren y acompañen. El liderazgo cercano y la comunicación clara son claves; los equipos son el corazón del proceso. Mantener una actitud resiliente y positiva abre puertas. El supply chain necesita nuevas voces y miradas diversas: avanzar con convicción también abre camino para otras.
¿Qué papel juega la mentoría entre mujeres en este sector? ¿Tuviste mentoras o te ha tocado serlo?
La mentoría es fundamental en logística. Aunque no tuve mentoras formales, aprendí de mujeres líderes que marcaron mi desarrollo, como Ana María Ochoa y Romy Rodríguez en Kimberly Clark, y Andrea Alcántara en Laboratorio Saval. Ana María me enseñó estrategia y planificación; Romy, resiliencia y colaboración; Andrea, la importancia de proyectos que trascienden lo operativo.
Hoy busco ser un referente para mi equipo, acompañando su crecimiento y compartiendo experiencias que fortalecen a toda la organización.
¿Cómo imaginas el futuro del liderazgo en logística a nivel latinoamericano y en Chile particularmente? ¿Más técnico, más humano, más híbrido?
Imagino un liderazgo profundamente híbrido: técnica avanzada combinada con un enfoque humano y empático. La tecnología seguirá transformando la industria, pero la capacidad de escuchar, motivar y construir relaciones será esencial. En Chile y la región tenemos la oportunidad de liderar este modelo, donde innovación, eficiencia y bienestar conviven de manera equilibrada.
¿Qué te motiva hoy, después de 14 años de carrera, a seguir liderando equipos y proyectos?
Me motiva el crecimiento de mi equipo: ver cómo cada persona avanza y alcanza su potencial es una de mis mayores recompensas. También me impulsa el dinamismo de la logística, que siempre presenta nuevos desafíos y oportunidades para innovar. Sigo comprometida con liderar proyectos de impacto y desarrollarme continuamente como líder.
En relación al encuentro de mujeres de Delogística, impulsado por la Red de Mujeres Latinoamericanas, ¿qué significa para ti ser parte de esta red y recibir un reconocimiento otorgado por tus propias compañeras del sector?
Es un honor enorme y una fuente de motivación. Este reconocimiento valida mi trabajo y refleja la fuerza de la comunidad que estamos construyendo. Estas redes permiten que las mujeres nos impulsemos, compartamos experiencias y derribemos barreras juntas. Me enorgullece ser parte de un movimiento que trabaja por una industria más inclusiva y equitativa, donde cada mujer pueda avanzar y ser reconocida.
(Nota de Woman Times)

