En el mundo logístico, la seguridad suele abordarse desde la ingeniería de procesos: controles, protocolos, capacitación. Sin embargo, los estudios más recientes, incluidos los de Hogan Assessments, reconocida empresa norteamericana que se dedica a predecir desempeño laboral, demuestran que la verdadera raíz de los incidentes no está solo en los procedimientos, sino en las personas que los ejecutan.
En esta línea, investigaciones sobre seguridad han advertido la relevancia de la capacitación en la prevención. “Los avances en equipamiento y procedimientos han mejorado la seguridad laboral, pero los programas tradicionales de capacitación siguen ignorando el error humano como la causa más frecuente de los accidentes”, según establece Hogan Safety Overview (2023).
Desde la perspectiva de Robert Hogan, fundador de la empresa: “Sin una cultura de seguridad sólida en el lugar de trabajo, una empresa pone en riesgo tanto a sus empleados como a sus resultados”.
¿En qué se traduce ello? Los errores humanos, la fatiga, la impulsividad o la falta de vigilancia explican una gran proporción de los accidentes y pérdidas en entornos de transporte, almacenamiento y distribución, por nombrar algunas de las áreas de la cadena logística. Por eso, la gestión de la seguridad debe incorporar también un enfoque psicológico y predictivo.
La personalidad como predictor de seguridad
Investigaciones extensas en la industria del transporte y la logística desarrolladas por Hogan han demostrado que los rasgos de personalidad predicen la probabilidad de accidentes, la adherencia a normas y la confiabilidad operacional.
Entre los hallazgos más relevantes destacan:
- Conductores cuyo perfil de personalidad ha sido evaluado, tienen tres veces más probabilidades de sufrir accidentes evitables y además se mejora su retención.
- Empleados con altos puntajes en algunas de las escalas evaluadas muestran hasta 50% menos incidentes después de tres años en el puesto. Quienes obtenían puntajes bajos tenían más tasas de infracciones.
- Correlaciones entre escalas evaluadas en conductores y operadores muestran conducción segura, confiabilidad y cumplimiento de normas. Incluso hay relación con la cantidad de licencias médicas por lesiones que se presentan.
Estos resultados demuestran que no basta con evaluar competencias técnicas o experiencia operativa, si no que la seguridad también depende de cómo las personas piensan, deciden y reaccionan bajo presión.
Desde nuestra perspectiva como GET Alto Impacto, la seguridad no depende solo de la disciplina o la experiencia, sino también de la forma en que las personas piensan bajo presión. Cuando logramos desarrollar razonamiento de negocios en mandos operativos y líderes, reducimos significativamente la probabilidad de decisiones impulsivas o riesgosas.
Esta perspectiva conecta directamente con la evidencia de Hogan, que muestra cómo los perfiles con mayor vigilancia, autocontrol y capacidad de aprendizaje tienden a tener menos incidentes y mayor estabilidad operativa
También existen herramientas que permiten identificar estilos de razonamiento táctico o estratégico y muestran su impacto en la anticipación de consecuencias. En logística, esta capacidad se traduce en decisiones más prudentes, coherentes y seguras.
Cultura, desarrollo y retorno
Implementar evaluaciones en quienes trabajan en logística no solo mejora la seguridad; también genera un retorno financiero medible.
Empresas del rubro transporte que integraron este tipo de herramientas han reportado un 53% menos accidentes prevenibles, una disminución significativa en la rotación de conductores y un aumento en la satisfacción de los supervisores con el desempeño operativo.
Aunque quizá el cambio más profundo es cultural: cuando la organización entiende la psicología del riesgo, la conversación sobre seguridad deja de ser punitiva y se transforma en aprendizaje colectivo.
La seguridad entonces es el resultado de pensar bien bajo presión, decidir con criterio y anticipar el riesgo antes de enfrentarlo.
Del control a la conciencia
En la logística moderna, la seguridad no se asegura con más controles, sino con más conciencia. Medir rasgos y capacidades cognitivas permite anticipar quién tiene el perfil más seguro y quién requiere desarrollo. Trabajar con esa información significa pasar del paradigma del cumplimiento de las obligaciones al de la seguridad como valor organizacional.
En definitiva, la seguridad no se impone: se razona.
Paula Vidal para deLogística.

